De la traición y renuncia a los principios del
marxismo-leninismo del revisionismo que destruyó el bloque socialista e integró
a los Partidos Comunistas en el juego parlamentario y la legalidad burguesa,
tenemos a día de hoy la herencia de un Movimiento Comunista Internacional y
español descompuestos. Así, y con las condiciones objetivas dadas de
agudización de la crisis del capitalismo en la era del imperialismo, no existe
en el Estado la herramienta de combate de la clase
obrera, un Partido Comunista, ni un movimiento obrero organizado capaz de aprovechar la coyuntura del desarrollo
actual de la sociedad. La clase obrera se encuentra despojada, a nivel teórico y práctico, de instrumentos para
defender sus intereses en plena agudización de la lucha de clases.
En un momento de retroceso ideológico y fáctico
en el que imperan las ideologías posmodernas pequeñoburguesas, favorecedoras en
última instancia de la reacción, los falsos
revolucionarios creen estar por encima del marxismo-leninismo. Arguyen que éste
está desfasado: hablan de ciudadanía, de mayoría social, e invisibilizan la
existencia de clases y en particular a la nuestra, el
proletariado. Quienes vendemos nuestra fuerza de trabajo, los explotados. Para
eludir la necesidad de organizarse en un Partido, pretenden
hacer creer que nos encontramos ante una nueva fase, cuando seguimos en la fase
imperialista. Todos ellos acabarán, como dijo el camarada Hoxha, “en el
estercolero de la Historia”. No existen más vías, en el camino hacia la
emancipación de nuestra clase y nuestros pueblos, que el socialismo. Y el único socialismo vencedor es el que aboga
por tomar el poder e instaurar uno nuevo, el poder obrero:
una dictadura proletaria. Todo lo demás, incluido el interclasismo de los
movimientos de liberación nacional a la zaga de las burguesías nacionales, son
solo parches para un sistema que nos oprime y hace aguas por todas partes.
Es por eso que, ahora también en Bilbo, constituimos una nueva célula de Reconstrucción Comunista. Porque, ahora más que nunca, apremia la necesidad de organizarse, formarse y combatir para reconstruir el Movimiento Comunista entorno a un solo Partido de vanguardia para la clase obrera. Y ese partido no surgirá de las cenizas de la conciliación con el revisionismo. La unión no será con calzador: será bajo los principios universales del marxismo-leninismo. En Bilbo, y en general en toda Euskal Herria, el panorama presenta unos pocos partidos “comunistas” u otras pequeñas organizaciones revisionistas que desprecian y reniegan de la forma superior de organización de la clase obrera, o con estructuras internas que carecen absolutamente de centralismo democrático y de una correcta comprensión de las contradicciones sociales. Algunos de ellos ofrecen únicamente las urnas electorales como salida de cara a la emancipación de la clase obrera, en un inadecuado contexto, en el que el proceso de fascistización del Estado burgués se agudiza.
“El revisionismo corroe a numerosos partidos comunistas y obreros, particularmente en Europa, que está preñada de revisionismo. Se están transformando de partidos de la revolución social en partidos de las reformas sociales, se están acercando y fundiendo con los socialdemócratas, se están apartando de las tradiciones y del espíritu revolucionario, se están adormeciendo con las ilusiones del camino pacífico parlamentario que los revisionistas han elevado a principio estratégico mundial.”
Carta abierta a los miembros del Partido Comunistas de la Unión Soviética, E. Hoxha.
Por otro lado, quienes han dado la espalda a la
causa de la liberación nacional del pueblo vasco, una causa democrática e
antiimperialista, lejos de ser o actuar como un conjunto de organizaciones de
combate, lejos de seguir una estrategia revolucionaria, caminan ahora por la
senda de la reconciliación nacional, ya iniciada por los partidos
revisionistas, junto con organizaciones eclécticas, tacticismo electoralista e
intercambio de concesiones con la burguesía nacional vasca y la española. Están
dirigidos desde corrientes ideológicas diametralmente enfrentadas a la táctica
de alianzas con el proletariado revolucionario.
“El revolucionario acepta las reformas para utilizarlas como una ayuda para combinar el trabajo legal con el clandestino, para aprovecharlas como una pantalla que permita intensificar el trabajo clandestino de preparación revolucionaria de las masas con vistas a derrocar la burguesía. En esto consiste la esencia de la utilización revolucionaria de las reformas y los acuerdos en las condiciones del imperialismo. El reformista, por el contrario, acepta los reformas para renunciar a todo trabajo clandestino, para minar la preparación de las masas con vistas a la revolución y echarse a dormir a la sombra de las reformas otorgadas desde arriba.”
La táctica reformista y la táctica revolucionaria. Fundamentos del leninismo, J. Stalin.
Nos posicionamos también, como es lógico,
respecto a la cuestión nacional. Cuestión, esta, elevada a un primer plano por
el leninismo, y que requiere posturas claras en función de las condiciones
específicas de Euskal Herria. Debido a la fuerte tendencia chovinista que
actualmente golpea a nuestro pueblo, entendemos que todo movimiento de
liberación nacional que no supone un avance para la clase obrera no contará con
el apoyo de los marxistas-leninistas, por bien que la defensa del derecho de
autodeterminación sea un principio ineludible para nosotros.
Históricamente, las corrientes
nacionalistas e independentistas han defendido una proyección nacional de
Euskal Herria frente al atropello expansionista y asimilador del Estado imperialista español. Es por eso
que defendemos el derecho de autodeterminación de los pueblos de forma
consciente, y no con ambigüedades y oportunismos para lavarse la cara, como
hacen otras organizaciones y partidos “comunistas” de ámbito estatal. Pero
también la defendemos consecuentemente, esto es, adecuándonos siempre a la
situación concreta, a las condiciones materiales. España no es sólo el enemigo
de uno u otro pueblo: es el enemigo de todo el proletariado de este Estado. La
vinculación orgánica del proletariado de todos los pueblos y naciones del
Estado español permite combatirlo en todas partes e infundir el posicionamiento
leninista y el espíritu internacionalista, y aboga asimismo por que la
liberación nacional no sea dirigida ni por la burguesía ni por movimientos
pequeñoburgueses que anteponen la cuestión nacional a la lucha de clases. La
resolución de la cuestión nacional tendrá que responder a las condiciones
concretas de cada momento, y no al romanticismo nacionalista o el seguidismo
progresista, que implican posicionamientos antiobreros. No haremos seguidismo a
ciegas, e independientemente de las condiciones del proletariado oprimido por
este Estado, de los movimientos desclasados a los que traspasa el chovinismo.
El trabajo de una organización
marxista-leninista, bajo ningún concepto puede pasar por unirse con una
burguesía nacional, "prudente" y "buena", para salvaguardar
la independencia nacional y entienda que la revolución toma partida a día de
hoy en América latina. Estas serían posiciones antileninistas y no estarían por
la libertad de la nación. Nuestra obligación es echar por tierra el proyecto de
la CEE, combatir la OTAN y todo tratado interimperialista. No respaldar a
aquellos que lo refuercen.
“La nación tiene derecho a organizarse en base a la autonomía. Tiene derecho, incluso, a separarse. Pero esto no quiere decir que tenga que hacerlo bajo cualquier condición, que la autonomía o la separación sean siempre y en todas partes ventajosa por la nación, es decir, para la mayoría de ella, es decir, para las capas trabajadoras.”
El marxismo y la cuestión nacional, J. Stalin.
Reconstrucción Comunista lucha contra
la explotación y la opresión de la burguesía y sus intentos de descargar el
peso de la crisis del sistema capitalista mundial sobre las espaldas de la
clase obrera, contra la resurrección del fascismo, de una u otra forma.
Revisionar la estrategia revolucionaria fuera de los principios del
marxismo-leninismo conduce al abandono de la lucha contra el imperialismo y
el revisionismo.
" (...) la lucha contra todas las desviaciones oportunistas que propagan los revisionistas contemporáneos de toda calaña, la movilización revolucionaria de la clase obrera y de los pueblos contra la burguesía y el imperialismo, la seria preparación para la revolución, son el único camino justo, el único camino que conduce a la victoria".
La teoría y la práctica de la revolución, E. Hoxha.
La nuestra es la lucha por la
organización, la formación y el combate.
Anunciamos, además, que el próximo sábado 29 de noviembre tendrá lugar la presentación de la organización en Bilbo. Se publicará el cartel próximamente.
Anunciamos, además, que el próximo sábado 29 de noviembre tendrá lugar la presentación de la organización en Bilbo. Se publicará el cartel próximamente.
Septiembre 2014
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